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martes, 21 de septiembre de 2010

la historia de la papa

Los descubridores y conquistadores españoles encontraron en el Nuevo mundo muchas plantas que no conocían y que hoy constituyen una parte esencial de la nutrición en el mundo entero. Pero ninguno de los nuevos vegetales ha tenido tanta importancia para Europa como las papas.

Los españoles conocieron este cultivo en la primera mitad del siglo XVI de la mano de los incas, que llamaban a la planta pápa en Quechua. La similitud de la papa con la batata favoreció que los conquistadores las confundieran y llamaran a ambas patata. En el siglo XVIII empezaron a diferenciar las papas (en España patata) de las batatas. La denominación inglesa potato nace en esta época. El nombre alemán Kartoffel proviene de la similitud del tubérculo con la trufa, en italiano tartufolo. El nombre francés, pommes de terre (manzanas de tierra) se extendió también a otras lenguas, como el alemán Erdäpfel y el neerlandés aardappe.

Los pueblos nativos de los Andes cultivaron muchas variedades de papas durante siglos. El final de la principal fiesta religiosa de los incas coincidía en el calendario con el tiempo de cosecha de este fruto de la tierra. El cultivo de las diferentes clases de papa estaba tan altamente desarrollado, que los distintos tipos y sus propiedades diferían mucho de los de la planta original evolucionada naturalmente. Para estos pueblos la papa era el principal sustento disponible. En elPerú las papas se cultivaban hasta una altitud de 4000 metros, mientras que en las regiones más favorables, no afectadas por las heladas, se podía cultivar también maíz.

Flor de la papa.

Los europeos las encontraron sabrosas y trataban de hacerse con grandes cantidades como provisiones para sus viajes de vuelta. Al volver a su origen, al principio se la consideró una rareza botánica, que los clérigos y los poderosos cultivaban en macetas, pero eran demasiado preciosas como para destinarlas a la alimentación. El consumo de los frutos de la planta (no de su raíz) terminaba a menudo en un dolor de barriga o incluso el envenenamiento, lo que favoreció que florecieran los prejucios contra esta planta ultramarina.

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